Monte Rosa
Monte Rosa, con sus imponentes picos de más de 4000 metros de altitud, es una de las atracciones turísticas más destacadas de los Alpes. Este majestuoso tesoro alpino es conocido por su belleza natural y por la rica presencia humana que ha dado forma a su fisonomía a lo largo de los siglos.
Desde hace más de ocho siglos, los Walser han recorrido intensamente sus valles, dejando su huella en cada rincón de la montaña. En el siglo XIII, fundaron el asentamiento de Alagna Valsesia, ubicado aguas arriba del último asentamiento románico de Riva Valdobbia. Este es solo un ejemplo de cómo la presencia humana ha moldeado la fisonomía de Monte Rosa.
Aunque soy consciente de que no soy un experto alpinista, durante décadas he tenido la oportunidad de recorrer algunos de los senderos que parten de este majestuoso monte. Desde Alagna, he ascendido dos veces a la cabaña Pastore, a 1575 metros de altitud. Desde Macugnaga, he llegado hasta el refugio Zamboni-Zappa, a 2065 metros de altitud, con vistas a la famosa cara del Himalaya de Rosa. También recuerdo el inolvidable ascenso desde Champoluc hasta el refugio Mezzalama, a 3004 metros de altitud, suspendido entre las lenguas glaciares. Además, menciono el cómodo paseo en teleférico desde Alagna hasta el Passo dei Salati, a 2980 metros de altitud, que marca la divisoria entre Valsesia y Valle di Gressoney.
Del lado suizo, destacan el paseo por la pista de mulas junto al Gornergletscher desde la estación de Rotenboden, a 2815 metros de altitud, y el ascenso a pie hasta el Passo di Monte Moro, a 2868 metros de altitud, partiendo desde Saas Almagell.
Todos estos recorridos, aunque sencillos, me han permitido apreciar la grandeza y esplendor de este imponente monte. Monte Rosa es un símbolo de los Alpes, no solo por su impresionante paisaje natural, sino también por su rica presencia humana.
Si bien estas reseñas de personas que han visitado Monte Rosa ofrecen distintas perspectivas, queda claro que este destino ofrece una gran variedad de experiencias, no solo en invierno, con sus extensas pistas de esquí y modernos remontes, sino también en verano, con numerosas rutas de senderismo para todos los gustos y niveles de dificultad.
Monte Rosa es un magnífico tesoro alpino que combina la grandeza de su belleza natural con la riqueza de la presencia humana a lo largo de los siglos. No hace falta ser un experto alpinista para disfrutar de su esplendor y vivir experiencias inolvidables en este paraíso de alta montaña.