Castel Capuano
Descubrir el legado medieval de Nápoles es siempre una experiencia fascinante, y Castel Capuano es una joya arquitectónica que no debes dejar de visitar. Aunque actualmente funciona como un tribunal de justicia, este lugar histórico tiene una historia rica y cautivadora.
Construido en el siglo XII por los normandos, Castel Capuano fue originalmente una fortaleza que albergaba a la familia real. Su nombre se deriva de su ubicación cercana a la famosa Porta Capuana. Durante su construcción, se erigió sobre los restos de un antiguo cementerio, lo que revela su pasado intrigante.
A lo largo de los siglos, este castillo experimentó modificaciones significativas. Durante el reinado de Federico II, su apariencia se transformó para adaptarse a su función como residencia real, perdiendo así algunas de las características típicas de una fortificación. Sin embargo, en 1540, Castel Capuano fue convertido en un palacio de justicia, y es en esta forma que se ha mantenido hasta hoy.
Situado en la plaza Enrico de Nicola, Castel Capuano es un testimonio vivo de la historia de Nápoles. Su arquitectura imponente y su conexión con la monarquía normanda y angevina lo convierten en un lugar esencial para explorar. Además, su proximidad a la icónica Porta Capuana resalta su importancia estratégica en el control de las rutas de comunicación hacia el interior del país.
Aunque no es posible acceder al interior del castillo debido a su función actual como tribunal de justicia, uno puede apreciar su magnificencia desde el exterior. Recorrer sus alrededores es una oportunidad para admirar su estructura única, sus torres y su arco de mármol, que lo conecta de manera simbólica con el Arco di Trionfo en Castel Nuovo.
Descubrir Castel Capuano es sumergirse en la rica historia de Nápoles. Esta fortaleza medieval convertida en palacio de justicia sigue siendo un testigo silencioso de los diferentes periodos y cambios culturales que ha experimentado la ciudad. Aunque su acceso esté limitado, su mera presencia es suficiente para transportarte a tiempos pasados y apreciar la grandiosidad de la arquitectura medieval.