Cimitero delle Fontanelle
Situado en la ciudad de Nápoles, el Cimitero delle Fontanelle es un lugar único y misterioso que no deja indiferente a quienes lo visitan. Este antiguo osario se encuentra en el distrito de Sanitá, un área histórica de la ciudad que ha sido objeto de mejoras por parte de diversas asociaciones altruistas.
El Cimitero delle Fontanelle cuenta con una fascinante historia de ‘adopción de cráneos’ que ha perdurado a lo largo de los siglos. Según cuenta la leyenda, durante la epidemia de peste que azotó Nápoles en el siglo XV, muchos esqueletos quedaron abandonados sin encontrar su camino hacia la otra dimensión. Estas almas sin descanso, conocidas como ‘anime penerelle’, se dicen que vagaron por la ciudad. En respuesta, el pueblo napolitano adoptó una práctica peculiar: colocaban monedas en los cráneos como símbolo de pertenencia. Estos cráneos se convirtieron en protectores y guías para aquellos que los adoptaron, ofreciendo favores y concediendo deseos a cambio de mantener un altar con flores y velas constantemente.
El acceso al Cimitero delle Fontanelle es gratuito, y aunque puede ser un poco complicado de encontrar en la parte final, se puede llegar fácilmente a través del metro de Materdei y siguiendo las señales indicativas. El cementerio en sí es una especie de cueva natural, y su disposición de cientos de cráneos y huesos amontonados crea una atmósfera macabra pero fascinante. Las enormes naves que albergan los restos impresionan por su altura y dimensión.
Aunque no está en los circuitos turísticos típicos de Nápoles, el Cimitero delle Fontanelle es una visita imprescindible para aquellos que deseen sumergirse en la rica y peculiar cultura popular napolitana. Refleja la importancia del culto a los muertos en esta ciudad y proporciona una reflexión profunda sobre la vida, la muerte y la espiritualidad humana.
Si te gusta lo macabro y buscas una experiencia única, el Cimitero delle Fontanelle te espera en Nápoles. No dejes de visitar este fascinante enclave cargado de historia y misterio.
